Sin excusas y sin
engaños
Volcando el alma
en cada verso
El río de las
lágrimas
Fluye sigiloso
Ya no hablo de
paraísos inexistentes
Que me sirven
De anestesia y de
opio
Para afrontar la
realidad contundente
La cuestión es
asumir
El dolor
Mi consuelo son
Los abrazos y los
besos de los niños
Uno mira atrás
Un camino abrupto
desde el sur hasta el norte
Hasta llegar a
este punto
No soy víctima,
ni verdugo,
Soy un viajero
De atardeceres.
En un recodo del
camino
Recuerdo el
hermoso amor,
¿estás?
Al menos en mi
corazón estás presente
Sin excusas y sin
engaños
Secando nuestros
ojos
Nos levantaremos
más fuerte
El camino sigue
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