viernes, 2 de octubre de 2015

Octubre

Octubre comenzó vertiginosamente.
La oficina era un auténtico nido de grillos. 
El teléfono no paraba de sonar. 
Los objetivos laborales eran
dibujados por la planificación de un señor naïf.
Mientras tanto, 
a la hora del almuerzo 
me escapaba a reconocer 
los alrededores 
del centro de trabajo. 
Campos verdes, 
árboles enormes, 
escuelas infantiles cerca de un bosque.
Paz, y toda la paz que uno puede encontrar
en los paseos solitarios. 
En la soledad, uno se aclara 
y empieza a comprender 
a este mes que viene cargado 
de intensidad.
En esos momentos, 
en los que uno está ahí a solas
con el mundo,
uno quisiera que estuvieras al lado 
y poderte hablar 
sin frenos ni tabúes, 
del tiempo, del trabajo, 
del amor, de todas las cosas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario