Amiga Amor

Fué en la celebración
de tu cumpleaños
hace tiempo ya.
Nos rodeaba más gente
y me presentaste como amigo.
Algo dentro de mí se reveló,
se rebeló
y es que aparte de contar
con mi amistad sin fisuras
quise contarle al mundo
(¿para qué?, ¿qué arreglaría?)
que eras mi amiga, Amor.
Llamé amigo
a tu marido,
en el que un principio confié
y cuya confianza los dos
perdimos.
Te puedo decir
que soy consciente de lo
que está en juego
y salvo
cuestiones aisladas,
amiga, Amor,
mi afecto y cariño han sido y
son sinceros por ti.

Breve poema de amor, y otros delirios

De manera pausada,
civilizada y sigilosa
le pongo letras
a este poema
que habla de amor,
y otros delirios.
Ya moldeé el verbo,
le di forma,
convoqué al adjetivo
en su color,
y de él se desprendieron
muchas impresiones,
alineé el sustantivo
y regulé los delirios
por axioma.
En este remanso de paz,
nadie está solo,
niemand ist allein,
pero si tú vinieras,
completarías
la oración incompleta, y
los dos juntos,
escribiríamos estrofas
a la noche

Desierto

Siento que este fragmento
de desierto
que recorro a diario
se me hace largo
sin saber de ti
y tengo sed de tus noticias,
ganas de conversar
contigo
como si no nos hubiéramos
visto en años .
Pero ni siquiera las leyes de la
amnesia, o del olvido, pueden
hacer que deje de recordarte,
que te olvide
y camino con
más firmeza
hundiendo mis
píes en las dunas
sin creer en exceso
en los espejismos
y conociendo algo
la estructura de un oasis.
¿Y si de pronto, amor,
te aparecieras tras un conjunto
de palmeras portando
una túnica blanca
y la mejor de tus sonrisas?

Edificio

Sentado
en las escaleras del edificio
en el que vivo,
la noche transcurre
de manera tranquila.
Vuelvo del barullo del
centro,
del ruido de los claxon,
de las risas
con amigos
que necesitaba.
Esos momentos
ayudan
a que la sonrisa se mantenga
en nuestro rostro,
y nos hacen bien.
Como cada día,
como cada noche quisiera
verte cuando el reloj
marca los últimos momentos
de la jornada,
y te escribo algunos versos
dedicados
con toda la ternura
que aún me queda.
Suena el ascensor,
alguien aprieta el pulsador,
se oyen pasos a lo lejos .
Ojalá fueras tú y
en este terreno de nadie
al alcanzarnos
nos fundiéramos
en un abrazo con aroma
a frutas.

Dejemos que el pasado

Dejemos que el pasado
se quede, ahí, en el pasado.
Es sólo un principio.
Nadie, ni siquiera el mejor
mecánico, puede reparar lo vivido.
Uno aprende de los errores
y, a veces, vuelve a repetir los mismos.
Hay errores que uno cometería
muchas veces y los enmarcaría
con madera barnizada
o similar.
Hay otros errores que tienen
que ver con enfadarse por algo
o con alguien. Uno debe ir a la
raíz de la conducta del otro,
quererlo o al menos respetarlo.
Hay veces que la vida nos sonríe
y en vez de aceptarlo de buen
grado y dejarnos llevar,
el ego se enciende
y presumimos algo más de lo
debido.
Dejemos que el pasado se
quede ahí
y caminemos
lentamente
hacia nuestros sueños
y a la lucha cotidiana.

De la tortuga y la liebre

De la tortuga de la fábula
aprendo de su constancia
y su ritmo lento
y cadencioso.
De la liebre de la fábula
desaprendo de su fanfarronería
y su soberbia.
De ambas, aprendo y desaprendo
pues al desaprender vuelvo
a aprender.

Tú y yo ya somos felices

He terminado de limpiar
por hoy la cocina.
Me siento un rato y me pongo
a pensar.
Verás. Tú y yo ya somos felices.
Tenemos mucho que celebrar
en nuestras vidas.
Tenemos salud, unos hijos
hermosos que alegran nuestros días,
compañeros leales
y muchas energías para
seguir construyendo a diario
nuestro camino.
Si el corazón está incompleto,
lo completaremos
de una forma o de otra.
Yo preferiría hacerlo teniendo largas conversaciones
contigo en días lluviosos de marzo
en cafés no tan frecuentados
o paseos por jardines
donde abril nos visite
con sus flores
y su optimismo.
Y si ello no se pudiera llevar a
cabo,
lo completariamos
como solemos hacerlo:
Amándonos a nosotros
mismos.
Los corazones incompletos
siempre buscan el modo
y acarician
la pobreza de los niños
para convertirla
en próspera bondad,
la soledad
de los que le piden
el último beso a Mamá.

Invitación

Esta no es medida de
presión, no es el cobro de una
deuda impagada, ni siquiera la declaración
de un estado de sitio,
cuando el ejército acordona la
ciudad y no nos sentimos libres
para caminar.
Esta es una invitación,
amor,
sin fecha de caducidad,
para que juntos descubramos la tarde,
y hagamos de esos instantes
el verso libre que enaltece las
pequeñas cosas,
el latido constante
que surge de la emoción.
Bien sabes que para mí
eres única,
y alabo las  grandes virtudes que
te acompañan.
No te pido gran cosa .
Tan sólo que vengas junto a mí
en los días en los que
la luz sea más tenue,
llueva, haga sol
o haga frío y
festejemos la tarde o
cualquier otra parte del día,
con fe, ilusión y optimismo.

Cada noche

Cada noche vienes
a mí
y en mi recuerdo
te construyo
un rincón a estas horas
en las que la ciudad
tampoco descansa.
Me dirás que la vida pasa
y hemos de aprestarnos
a ser felices,
a atesorar cada bello
momento vivido
y a mirar al presente con ojos
amables.
No veo defecto en dejar fija
en ti la mirada
porque cada
vez que te observo,
distingo algún indicio nuevo
de tu ánimo, de tu
silenciosa hermosura.
Quizás la vida nos lleve en estos
momentos por caminos distantes
y yo debo aprender a ser un caballero
y hablar lo justo y lo debido.

En tu noveno cumpleaños

En tu noveno cumpleaños, brillas como el oro joven que se engrandece en las estancias, como puesta de sol en atardeceres conocidos, más allá de los muros olvidados. Y serás siempre, tú, maravillosa, única, bella Marcela

Si fuera tan sencillo

Si fuera tan sencillo...
Como abrir el frigorífico
sacar una manzana
y darle un mordisco
Si fuera tan sencillo...
Ya pasé página
pero vuelvo
a los rincones
del libro
para reencontrarme con
algunos pasajes
e intentar nuevas
lecturas
Estaría todo el rato
leyéndote
Si fuera tan sencillo...
O si no lo fuera
Lo haríamos
posible
Pues las historias
que creamos
tienen
personas,
lugares que se entrecruzan
en el tiempo

Como si fuera

Como si fuera verano
y fuéramos
islas no tan alejadas
unidas
por un mismo mar
y que compartieran
sus murmullos y sus mareas,
así te siento,
así me siento.
Como si fuera una mañana alegre,
con preparativos,
vivas y hurras
al saber que te veré,
que tus ojos y mis ojos
encontrarán la sincronía,
construirán la armonía,
y que un allegro moderato
nos pondrá contentos.
Como si fuera
ese momento
en que sepamos
que por mucho que llueva afuera
todo saldrá bien.

Paciencia

La paciencia
es una virtud
que arranca de la paz interior,
de la idea de que las cosas
no cambian rápidamente
ni según nuestro criterio
y nuestra voluntad.
Todo en la vida
conlleva un proceso
y, si la cosa funciona,
la situación que deseamos
se creará
y si no
pues esperaremos
la señal para cruzar
el umbral
en el momento
adecuado.
Paciencia.

En la ciudad nocturna

[Tempus fugit]
Cuando oscurece
y viene la noche
con su ejército de constelaciones
y estrellas,
la luna de verano
se ve rodeada por
muchos puntitos brillantes
como vestida con
un traje largo de rubíes,
diamantes y esmeraldas.
En la ciudad nocturna,
cada calle, cada plaza,
cada avenida quedan
regadas por su luz
como una presencia
amable y latente,
que nos hablara desde el silencio
y nos confortara
con su cálida constancia.
El paseante solitario
anota en su cuaderno
palabras como agua,
murmullo,
luna,
fuente, asfalto.
En la ciudad nocturna,
hay arquitecturas
diversas que esquivan lo
efímero pero
que se ajustan al tiempo
fugaz
que el péndulo dispone.

El sano sentimiento

El sano sentimiento
no supone enojo,
ni siquiera rabia, enfado, furia,
frustración, insatisfacción.
Por eso,
cuando he atravesado
alguno de los anteriores
procesos,
me digo que es insano,
que querer a alguien
es alegrarse por su felicidad,
aun cuando no se la podamos dar
y verla libre
aunque la amemos firmemente
y queramos
abrazarla para no soltarla jamás.
El sano sentimiento
sale de las cuevas del sufrimiento
para hacerse letra de un poema
o canción y
para recordarte
que sigo caminando,
trabajando para sobrevivir
cuando me dejan,
cuidando de mi gente
y guardando tu nombre
como un tesoro.

En mí

En mí,
late fuerte el corazón
al pensar en ti.
No hay miedo,
no hay preocupación.
Sólo un enorme deseo
de que el tiempo
nos una.
Pero no puedo elegir cuándo
sucederá.
Si la vida nos convoca
de nuevo
a la ilusión compartida,
no seamos tan formales,
no digamos: ¡qué locura!
y abracemos
el momento
con renovada pasión.

Hielo, agua y fuego

El hielo y el agua
apagan el fuego.
Pero cada fuego que incendia el
alma y el corazón
deja un rastro,
una huella que no es
fácil borrar,
un itinerario de pequeños
fuegos
provocados
por una mirada
una palabra
o una emoción.
Hay fuegos resistentes,
persistentes,
automáticos,
que son invencibles.
Ni siquiera el frío más gélido
podria hacerlos desaparecer
y, si casi lo consiguiera,
tendría su respuesta
en una mirada,
una palabra
o una emoción
que haría
de nuevo arder
nuestro corazón
y nuestra alma.

Dar explicaciones

Dar explicaciones.El que nos quiere,
no las necesita.
El que no nos quiere,
no nos creerá.
Por eso,
prefiero que la vida avance
y mostrarte
mi cariño con actos,
sin tener que justificarme,
sin tener que darte una retahíla
de detalles que no hacen falta.

Ella va caminando

Ella va caminando por la calle
cuesta arriba
y, a la altura de la iglesia,
nos encontramos. Continúa su marcha
mostrándome
una mirada con ojos tristes.
¿Qué daría yo por aliviar su dolor
en este momento en que sólo
puedo ofrecerle mi sonrisa?
Como movimiento irreemplazable,
sigue su sendero,
y quizás no sepa
que la esperaré al filo de la tarde,
cargado de esperanzas,
con los brazos bien abiertos
y con buenos motivos
que a diario reviso.

Escribir y volar

Cuando escribo
los problemas se hacen menos,
el tamaño de tu ausencia
se torna más pequeño,
tu imagen se vuelve más nítida,
la soledad se convierte
en ese espacio ameno,
donde navego por mares de palabras,
en los cuales hay islas
que son versos
y archipiélagos
que forman estrofas.
Soledad es también el
paraíso que habito
sin muros ni techos,
morada donde guarecerme
de la lluvia del tiempo.
Cuando vuelo,
visito
lugares sin nombre,
de sobra conocidos,
y otros ignorados,
en los que
la paz y la calma
son parte del tránsito
hacia la idea nueva
y la creación
de un imperfecto
universo creciente.

Que el tiempo decida

No digamos siempre,
no digamos nunca.
Que el tiempo decida...
Lo eterno,
lo efímero,
lo importante,
lo superfluo,
lo intrascendente,
lo esencial
forman parte de una
misma naturaleza y a ella
acuden para abastecerse.
Que el tiempo decida incluso
si hemos de trasladar la oración
de activa
a pasiva.
Que el tiempo decida
y la perspectiva se amplie.
Que nuestros corazones
se agranden.
Que el tiempo decida.

El día. El verano. El alma.

El día va terminando
y en sus penúltimos instantes
encuentro, por sorpresa,
palabras que se asocian
formando versos que hablan de ti.
El verano es una estación seca,
y sus caminos,
en esta meseta árida
y extensa,
se parecen al desierto.
El alma se vuelve verano,
y el verano se torna desierto,
cuya estructura
lleva unos cuantos oasis
anexos,
de los cuales algunos llevan
tu nombre.

Los niños primero

Claro, los niños primero.
Ellos son la prioridad,
el incentivo,
el afán de hacernos mejores,
el impulso para superarnos.
Sus progresos, sus
virtudes nos hacen felices.
Sus defectos, sus errores,
nos hacen comprensivos.
Sobretodo, los amamos
y ellos son nuestro tesoro,
la fuerza que nos
empuja cada día.

Adelante

Más de lo mismo,
pero no.
Uno siempre encuentra
una forma diferente
de decir:
Adelante,
te apoyo,
estoy contigo.
Lo que es importante
para ti, para mi también
lo es .
Mas no te exijo,
mas no pretendo
obligarte
a permanecer
en este sentimiento.
Construiré y reconstruiré
para los dos,
si es preciso,
esa senda
donde no haya duda
y el amor conceda
sin preocupación,
el aire nuevo que nos eleve,
la victoria de esta idea frente
a la hipótesis
de obsesión

Constancia

Constancia.
Cada obstáculo del camino,
me propone esta palabra.
Constancia y
perseverancia.
Nadie dijo que fuera
sencillo.
Los grandes sueños
requieren esfuerzo.
La felicidad no es la estación
última de una línea de ferrocarril
en la que los trenes
se afanan
en llegar cuanto
antes.
La felicidad es la línea en
sí misma.
Si no la hay en su transcurso,
posiblemente
no la haya en el final del trayecto.
Constancia y alegría.
Alcanzaremos
nuestros anhelos.

El dulce baile del presente

Aceptémoslo.
El pasado no tiene arreglo.
La indecisión de entonces que se transformó en arrojo,
después en intento firme,
quedó en un compás de espera.
Aceptémoslo.
Hay historias que vienen de lejos
y que no nos tocan
pues son rectas paralelas.
Aceptémoslo
y divirtámonos
en el dulce baile del presente.
Aceptémoslo
y sepámonos
juntos, tiernamente unidos,
por un
cálido manto
de tibia esperanza
y afecto sinceros.

Entre cortinas

Entre cortinas
de ventanales altos
en casas antiguas,
yo me escondía
cuando en la isla
de la infancia
jugaba al escondite
junto a otros niños.
Era la parte de la fiesta
cuando los mayores hablaban
de cosas serias
y para mí
eran un simple
y monótono eco
que se acoplaba
en un continuo barullo
sobre los techos altos.
Entonces
yo te miraba con ojos tiernos
y tú apenas sabías de mi
mirada.
¡Cuan puro es el primer amor!
¡Cuanta belleza de tus ojos emanaba!
Entre cortinas de ventanales
altos,
de casas antiguas
ya no me escondo
porque
el escenario ha cambiado.
Ahora al latido del amor,
le viene asociada
la pasión cuyo color
muta, se transforma
en un fondo
de amable verde esperanza
en senderos
que describen
la curva
entre dos puntos
ni tan lejanos
ni tan indiferentes.

Decisiones

En ocasiones, la vida
nos hace tomar decisiones.
Cada cual con su importancia
y trascendencia,
cada una con su beneficio,
perjuicio y consecuencia.
Uno
invoca al corazón
y entiende de la alegría
que siente cuando ese alguien
especial
viene hacia nosotros,
ilumina y decora
con su buena estrella
las estancias.
Cuando se convoca a la razón:
Los números se amontonan,
las facturas se alistan
al ejército
de las deudas,
el minimalismo
se hace práctica,
hay vidas que proteger,
hay arbolitos que deben crecer
y
luego están el apego y
la costumbre.
Pero debemos tener
confianza en el proceso.
El lugar en el que estamos
es donde debemos estar.
La vida nos tiene preparadas grandes  cosas y quien entra a nuestra vida
deja su huella, que en el mejor
de los casos, atesoramos
a diario, con la mirada puesta sin
prisa,
en momentos compartidos.

El futuro tiene

El futuro tiene
muchos futuros que se están
creando y que ocultos
tras las paredes del tiempo,
aguardan.
El futuro tiene
mejores oportunidades
que el pasado.
Lo que dejaste atrás,
ya no existe pero tal
vez exista de otra forma,
se haya transformado,
haya evolucionado
y venga reforzado
con un ímpetu
que se renueva a diario.
El futuro tiene
muchos paisajes
que hablan de ti,
de todos los atardeceres
en que tu rostro
se ilumina
en el espejo
de la arquitectura
de ciudades nuevas.

Esta noche necesito

Esta noche necesito
de tu compañía,
de tu mirada cómplice,
de tu palabra cálida,
de ti.
No soy un ladrón
pero robaría algunos instantes
a tu lado,
saltaría la valla gris
metalizada, esa suerte
de alambrada que separa
nuestras vidas.
Ya recuerdo.
Esta noche me siento solo,
pero puedo
escribirte versos
y esto no contradice
las leyes de la propiedad y de la
soledad.
Tal vez se oponga a las de la
gravedad pues vuelo
con la imaginación.

Estados de ánimo

En ocasiones,
le digo a mi ego que se calme,
pues hay piezas que no
encajan en ese preciso lugar del
puzzle de la realidad y menos
a la fuerza.
En ocasiones,
cuento y recuento en mi cabeza
los tornillos
desapretados, los apretados,
los que faltan de su lugar.
En ocasiones,
me digo que no es necesario
ir tan deprisa, y si lo es: aceptar el presente,
aceptar el proceso,
dejar la vida fluir, contarnos
las verdades
y recordarte en tu brillo,
dulce, mágica, simplemente tú.

Ni tan atrevido

Ni tan atrevido
ni sin escrúpulos.
Respeto las dolencias ajenas,
me hago cargo
de pesares no provocados
de manera consciente.
Procuro reparar lo reparable,
cuidar a los que quiero.
Me respeto, te respeto
y, por eso,
decoro esos instantes
en que lejana estás
por si quieres regresar por esta
senda nocturna, en algún
momento,
para habitar con tu
silencio
este rincón
donde ahora estoy.

Llegan noticias

Llegan noticias.
Hay cambios sustanciales en tu vida.
Supongo que uno debe avanzar a pesar de todo, mirar por su futuro.
Me alegro por ti porque aunque la vida
nos aleje,
y coloque barreras en forma
de muro infranqueable,
sabremos resistir
frente a los plazos
y las urgencias
que proponen lo material,
el incierto sendero hacia el mar
y la cercanía con el otoño.
Te aguardaré como espera
el agua en un lago silente
a que la luz del alba
la acaricie secretamente.

Mil

Mil.
Mil palabras.
Un beso, una caricia, valen más que mil
palabras.
Pero ante la ausencia de besos,
de caricias,
yo construyo este puente
de versos entre tu isla
y la mía,
en este mar
de mareas agitadas,
que equivalen
a mil formas distintas de afecto,
a mil y más de mil
maneras de decirte que
estás en mí presente,
como el aire que respiro
en esta tarde cálida de
verano.
Recordarte es algo cotidiano.
Es cerrar los ojos
y vienes a mi mente mil
y mil veces mil
y hasta un número incontable
de ocasiones.
Siempre en mi corazón.

Nunca hablaría mal de ti

Nunca hablaría mal de ti
a tus espaldas.
Ni siquiera en los confesionarios
ante sacerdotes sin nombre
que hace décadas que no visito,
ni para elevar mi ego,
ni para salvar mi reputación.
¿Qué es eso?
Sabrás por mis actos
que cada vez que percibí
una ofensa hacia ti
salí al paso,
y corté el grifo del insulto
gratuito.
Pero no busco agradecimiento.
Tan sólo que sepas
que no hablaría mal de ti.

Eres libre

[Libre te quiero, 
como arroyo 
que brinca de piedra en piedra, 
pero no mía(...) De Agustin Garcia Calvo]

Eres libre,
pero esta es una afirmación
no un derecho que yo te otorgo,
faltaría más.
Bailas de manera elegante.
La música te envuelve.
En el jardín, me paro a mirarte.
Se te ve hablar con otras personas
de proyectos, futuro,
construyendo espacios.
Si éso, ésto o aquéllo te hace feliz,
hazlo posible.
Si ese es el camino que deseas
continuar, fabrica lo poco probable.
En mi mente, no hay deseos de amarrarte
ni de ser tu carcelero,
ni de perseguir al aire que acaricia tu pelo.
Eres libre.
Sal si quieres por esa puerta.
El mundo y yo,
te esperaremos.

Contra el silencio

Contra el silencio
yo junto sílabas de arena,
fragmentos de un desierto
de palabras,
versos como dunas,
estrofas contra
la árida extensión.
Por más cremalleras que nos
coloquen en la boca,
por más mordazas
que nos apliquen a diario,
nuestro verbo ha de surgir
de la nada,
celebrar la ventaja
que se le toma a la imposición.
Quevedo
nos mostraba el camino
y no hemos de callar
más que por el dedo
silencio avisen o amenacen
miedo.
No claudiquemos ante
su pretensión.
Sometidos
nos quieren.
Erguidos y dignos, nos hallan.

El mundo no se acaba

El mundo no se acaba
ni termina si no estás.
Pero es más triste.

Esta tarde te invitaría a
pasear por
calles silenciosas
y a sentarnos en bancos
de jardines solitarios.

A visitar los cafés
para ejercitar el sutil arte
de la tertulia,
a deambular por museos
rodeados de cuadros
y observar cuánta belleza
cabe en un lienzo.

Después te pediría
que no te fueras
y que no me dejaras solo
al borde del
abismo de la oscura noche.